Aquí vas a encontrar:
- ¿Qué son las deducciones fiscales?
- Los 5 tipos de deducciones fiscales más comunes
- 3 grandes mitos sobre las deducciones fiscales
¿Alguna vez te han dicho que todo se puede deducir o que mientras tengas factura, no pasa nada? Ten cuidado, porque esa es una de las creencias más comunes que circulan entre los emprendedores y también una de las más riesgosas. Las deducciones fiscales están llenas de mitos que, si no los identificas, pueden meterte en problemas con el SAT y hacerte perder dinero en lugar de ahorrarlo.
Entender qué puedes deducir legalmente no solo te va a permitir optimizar tus impuestos, también te dará la tranquilidad y una mejor administración de tu negocio.
¿Qué son las deducciones fiscales?
En términos simples, las deducciones fiscales son los gastos que la ley te permite restar de tus ingresos para calcular el impuesto que realmente debes pagar. Ojo, no se trata de gastar por gastar para pagar menos impuestos, más bien consiste en reconocer los costos indispensables para que tu actividad económica funcione.
Como emprendedor o emprendedora, esto significa que no todos los gastos de tu vida personal se pueden cargar a la cuenta del negocio. Lo importante es que cada gasto esté relacionado directamente con tu actividad y que cumpla con los requisitos que la autoridad fiscal establece.
Los 5 tipos de deducciones fiscales más comunes
Antes de desmentir los mitos, vale la pena que tengas un panorama claro de los principales tipos de deducciones que puedes aplicar. Aquí te los explicamos con más detalle.
Gastos operativos
Son los gastos del día a día que mantienen a tu negocio en funcionamiento. Aquí entran la renta de tu oficina o local, el pago de servicios básicos como luz, agua, internet y teléfono, así como tu plan celular si lo usas para temas de trabajo. También puedes incluir artículos de oficina, papelería, software o licencias digitales. Piensa en todo aquello sin lo cual tu operación diaria simplemente no podría sostenerse.
Gastos de personal
Si tienes colaboradores, los sueldos, honorarios y aportaciones de seguridad social forman parte de las deducciones fiscales. También puedes deducir prestaciones laborales, bonos o incentivos, siempre que estén correctamente registrados. Estos gastos reflejan la inversión que haces en tu equipo de trabajo y en el capital humano que impulsa tu negocio.
Inversiones y activos
Cuando compras bienes duraderos para tu negocio, como equipos de cómputo, maquinaria, mobiliario o incluso un vehículo de trabajo, esos gastos entran en la categoría de inversiones. La ley permite deducirlos mediante un proceso llamado depreciación, lo que significa que no aplicas la deducción completa de golpe, ya que se distribuye a lo largo de varios años según reglas específicas. Esto te ayuda a reflejar de manera realista cómo esos activos pierden valor con el tiempo.
Gastos financieros
Si pediste un crédito o financiamiento para tu negocio, los intereses que pagas pueden ser deducibles, siempre que el préstamo esté vinculado a la operación de tu actividad económica. Esto es especialmente útil si necesitas financiarte con capital externo, ya que reduce el impacto de los costos financieros en tu flujo de efectivo.
Gastos de promoción y ventas
Todo lo que inviertas en dar a conocer tu negocio y atraer clientes también es deducible. Aquí entran las campañas de publicidad, el marketing digital (como redes sociales, anuncios en Google o diseño de tu sitio web), la impresión de materiales promocionales y hasta las comisiones que pagas a terceros por vender tus productos o servicios. En pocas palabras, cualquier gasto que tenga como objetivo posicionar tu marca y generar ventas.
3 grandes mitos sobre las deducciones fiscales
Entender las deducciones es solo la mitad del camino, lo más delicado está en no repetir los errores en los que tantos emprendedores tropiezan. Para ayudarte a evitarlos, aquí tienes tres mitos comunes que debes conocer y tener muy en cuenta.
Mito 1: aunque pague en efectivo, puedo deducirlo
Solo aplica si el gasto no rebasa los $2,000 MXN y tienes un CFDI válido. Si el monto es mayor, necesitas pagarlo por medios electrónicos autorizados (transferencia, tarjeta de crédito o débito, cheque nominativo o incluso SPEI). Los combustibles nunca son deducibles si se pagan en efectivo.
Si te interesa profundizar más en este tipo de errores, te invitamos a ver la masterclass «Errores más comunes que cometemos en las PYMES», impartida por Janitzio Piña Ferreyra.
Mito 2: los viáticos siempre son deducibles
En México, los viáticos deducibles son aquellos que están estrictamente vinculados con actividades de tu negocio y cumplen con los requisitos formales. Los más comunes son transporte, hospedaje, alimentos, renta de autos. Si aprovechas el viaje para vacacionar, esos días extra ya no cuentan como deducción.
Mito 3: mientras declare algo como gasto, hacienda no se fija
El SAT sí revisa, y más de lo que imaginas. Con la facturación electrónica y los cruces automáticos de información, es fácil detectar gastos que no cumplen con los requisitos. Creer que nadie se dará cuenta es arriesgarte a auditorías y multas.
Al final, todo se resume en claridad. Entender qué sí puedes deducir, qué no y por qué. Con ese orden en tus finanzas, tendrás más libertad para tomar decisiones estratégicas y menos preocupaciones con el SAT.